Se nos ha contado también que existía una ley por la que cualquier viajero que entraba en el país, en el puerto de Alejandría, era registrado en busca de libros. No en busca de drogas, sino de libros, y si se encontraba un libro, este era llevado a la biblioteca y, si no había allí una copia de él, era confiscado y el viajero compensado. Hicieron cosas extraordinarias para adquirir libros, pero el método normal para adquirirlos era desde luego comprarlos, y en aquella época había mercados y mercados de libros. De esta forma, la biblioteca de Alejandría adquirió la mayor colección de libros que jamás existió en la Antigüedad.
MOSTAFA EL-ABBADI, profesor emérito de civilización clásica de la Universidad de Alejandría, en declaraciones para el documental La biblioteca de Alejandría, Canal Historia, testimonio entre el minuto 14:40 y el 15:30 del vídeo de Youtube (AQUÍ)