No recuerdo si fue en París o en Praga que me sobrevino una pequeña duda sobre el enciclopedismo de mis amigos ahí presentes. Casi todos ellos eran escritores, estudiantes los menos.
—Estamos hablando mucho de Chile —les dije—, seguramente porque yo soy chileno. Pero ¿saben ustedes algo de mi lejanísimo país? Por ejemplo, ¿en que vehículo nos movilizamos? ¿En elefante, en automóvil, en avión, en bicicleta, en camello, en trineo?
La contestación mayoritaria fue muy en serio: en elefante.
En Chile no hay elefantes ni camellos. Pero comprendo que resulte enigmático un país que nace en el helado Polo Sur y llega hasta los salares y desiertos donde no llueve hace un siglo.
PABLO NERUDA, Confieso que he vivido, Unidad Editorial, Madrid, 1999